La intolerancia a la fructosa, también conocida como malabsorción de fructosa, es la incapacidad de absorber todas las moléculas de fructosa dentro del intestino delgado mientras los alimentos pasan por él.

La intolerancia a la fructosa suele ser el resultado de que el cuerpo no produce suficientes moléculas transportadoras de fructosa ubicadas en la pared del intestino delgado. Los transportadores de fructosa son proteínas de la pared del intestino delgado que transportan la fructosa desde el interior del intestino al torrente sanguíneo.

Los expertos estiman que alrededor del 40% de la población mundial es intolerante a la fructosa.

Cuando los transportadores de fructosa en la pared del intestino delgado están ausentes o son deficientes, las moléculas de fructosa no absorbidas ingresan al colon donde se fermentan, lo que lleva a la producción excesiva de ácidos grasos de cadena corta y gases como hidrógeno, metano y sulfuro de hidrógeno. .

· La prueba de hidrógeno en el aliento es la prueba diagnóstica de elección. A los sujetos se les administra una solución de fructosa después de un ayuno nocturno, después del cual se recolectan muestras de aire espirado antes y en intervalos de 30 minutos durante 3 horas para evaluar las concentraciones de gas hidrógeno.