La sacarosa es un tipo específico de azúcar que es digerido y descompuesto por el complejo enzimático sacarosa-isomaltosa ubicado en todo el intestino delgado. La deficiencia del complejo enzimático sacarosa-isomaltosa produce intolerancia a la sacarosa y, a menudo, se asocia con intolerancia a la maltosa y la isomaltosa. La intolerancia a la sacarosa es el resultado de una deficiencia de las enzimas sacarosa-isomaltosa.
Algunos pacientes tienen una deficiencia congénita de sacarosa-isomaltosa (CSID), mientras que otros adquieren una deficiencia más adelante en la vida.
La intolerancia adquirida a la sacarosa puede desarrollarse en una persona con un intestino delgado sano durante episodios de enfermedades agudas o crónicas, como la inflamación del intestino delgado. Esto ocurre debido a daño de la mucosa o por medicamentos.
Los expertos estiman que alrededor del 10% de la población mundial tiene deficiencia de sacarosa y que alrededor del 5% está afectada por una deficiencia congénita de sacarosa-isomaltosa (CSID).
Cuando las enzimas sacarasa-isomaltasa están ausentes o son deficientes, las moléculas de sacarosa no absorbidas ingresan al colon donde se fermentan, lo que lleva a la producción excesiva de ácidos grasos de cadena corta y gases como hidrógeno, metano y sulfuro de hidrógeno.
· La prueba de hidrógeno en el aliento se basa en la premisa de que cuando los pacientes no logran digerir la sacarosa en el intestino delgado, la sacarosa no absorbida llegará al colon donde la flora intestinal fermenta la sacarosa produciendo hidrógeno y/o metano que se difunde a la circulación y finalmente se exhala en el aliento.
El pronóstico de los pacientes con intolerancia a la sacarosa es excelente con restricciones dietéticas.
Por favor, consulte la lista de alimentos a continuación.